3/02/2008

BIOGRAFÍA Y OBRAS DE UGO BETTI


Dramaturgo italiano del siglo XX. Es, después de Pirandello, el dramaturgo moderno más importante de Italia. Nació en Camerino (región de las Marcas) el 4 de febrero de 1892. Murió en Roma el 9 de junio de 1953. Fue a vivir con su padre a Parma cuando éste fue nombrado en 1901 director del hospital civil de aquella ciudad. En la I Guerra Mundial fue oficial voluntario de Caballería. Cayó prisionero de los austríacos en la retirada de Caporetto. Conseguida la libertad al acabar la guerra, volvió a Parma, donde se doctoró en Derecho. Ejerció la judicatura en aquella ciudad y antes, en un pueblo de la misma provincia.

En 1931 fue destinado siempre como juez, al Tribunal de Roma. Esta profesión dejó honda huella en su teatro. En 1927 ganó un concurso nacional con su drama La Padrona (El ama). Obtuvo también, en 1941, el premio de teatro de la Academia de Italia.

Al terminar en 1945 la II Guerra mundial fue destinado a la biblioteca del Ministerio de Gracia y Justicia y más tarde, a la Oficina de Prensa de la Presidencia del Consejo, en la que trabajó hasta sus últimos días.

SU OBRA LITERARIA:

Había comenzado a escribir versos durante su prisión en Austria. Se evidenciaba en ellos el gusto decadente, preciosista y sentimental que había puesto de moda en su juventud D'Annunzio. Pero ya en aquella poesía de ensueño y de evasión aparece a veces inquietante el tema de la muerte, que será el que predominará luego en el mejor teatro de Betti; así en Il Re Pensieroso (El rey pensativo), 1922, y, sobre todo, en Canzonette-La Morte (Canciones-La muerte), 1932.

De tendencia más realista, dentro de su recatado sentimentalismo humanitario y nostálgico, es su otro libro de poemas Uomo e Donna (Hombre y mujer), 1937. Su narrativa está también, como la mayor parte de su poesía, en la línea de lo fabuloso. A veces trata de darle valor emblemático. Así en Caino (Caín), 1928, Una Strana Serata (Una extraña tarde), 1948, y en la novela La Pietra Alta (La piedra alta), 1948. Pero el verdadero interés de la obra de Betti está en su producción dramática. Su primer drama, El Ama, revela ya cuáles serán las directrices de su mejor teatro: un teatro de desolada introspección del alma humana, tarada por el pecado original. Y la tara pesa sobre todos los hombres: los abiertamente malvados y los aparentemente honrados.

Teatro esencialmente pesimista y trágico, pues el pecado exige expiación y la expiación requiere víctimas: a veces el pecador mismo (Delitto a all'Isola delle Capre, Delito en la Isla de las cabras, 1948), a veces una criatura inocente (Corruzione al Palazzo di Giustizia, Corrupción en el palacio de justicia, 1944). El pesimismo de Betti se acentúa por su desconfianza hasta en la validez de las aparentemente buenas acciones de los hombres (Acque Turbate, Aguas Revueltas, 1951) y por su consciencia de la radical imperfección de la justicia humana (Corrupción en el Palacio de Justicia).

Los personajes de Betti a partir de El Ama, y con excepción del paréntesis evasivo de L'Isola Meravigliosa (La Isla maravillosa), 1929, y algún otro, aparecen atormentados por un estremecedor aislamiento, debido a su falta de fe en sí mismos y en lo que está fuera de ellos, tanto en la tierra como en el cielo. Sin embargo, en Corrupción en el Palacio de Justicia, la obra maestra de Betti, Vanan, enloquecido de dolor por la trágica muerte de su inocente hija, logra hallar en su desolador delirio una luz de esperanza segura: Dios «es tan bueno. Él perdona».

En sus últimos años Betti volvió a la práctica de la religión católica, de la que había vivido apartado. Se ha hablado de analogías entre el teatro de Betti y el de Pirandello. El de Pirandello plantea una problemática de tipo cerebral; la de Betti es de tipo moral. Pero para ninguno de los dos el hombre puede saber dónde está la verdad. A este teatro de Betti, de excepcional calidad, se lo ha tachado de excesivamente discursivo. Efectivamente, todos sus personajes parecen complacerse en expresar con frases profundas altos conceptos. Pero si esto es defecto, es el defecto mejor del teatro de todos los tiempos.

Publicado por: F. FERNÁNDEZ MURGA.

1 comentario:

ihpeco1psa dijo...

mUY BUENO EL BLOG. NECESITO SABER DE QUE TRATA LA OBRA "LA TIERRA QUEMADA" DE UGO BETTI