1/27/2008

BIOGRAFÍA DE CAMUS Y SUS OBRAS



Camus se ganó un lugar merecido e incuestionable en la Filosofía y la Literatura occidentales del siglo XX.

Nació en 1913 y murió en 1960. Fue novelista, ensayista y dramaturgo francés. Fue uno de los compositores más importantes posteriores a 1945. Su obra refleja la filosofía del absurdo, la alienación y desencanto, junto a la afirmación de las cualidades positivas de la dignidad y fraternidad humana.

Camus nació en Mondovi (actualmente Drean, Argelia), y estudió en la universidad de Argel. Tuvo tuberculosis, razón por la cual interrumpió sus estudios. Formó una compañía de teatro que representaba obras a las clases trabajadoras. También trabajó como periodista. En 1930 publicó Bodas, un conjunto de artículos que incluían reflexiones inspiradas por sus lecturas y viajes. En 1940 se fue a vivir a París y formó parte de la redacción de un periódico. Durante la II guerra mundial fue miembro activo de la Resistencia francesa y de 1945 a 1947, fue director de Combat, una publicación clandestina.

Su primera novela fue El Extranjero y Argelia le sirvió de fondo, incluso para sus siguientes escritos. Esta obra se basa en El Mito de Sísifo y revela la influencia del existencialismo en su pensamiento. Obras suyas que muestran temas existenciales son Calígula (1945). En su novela La Peste, todavía se interesa por el tema del absurdo de la existencia. Reconoce en todas ellas el valor de los seres humanos ante las tragedias. Obras posteriores son La Caída (1956), inspirada en un ensayo anterior. También cuenta con El hombre Rebelde (1951), la obra de teatro Estado de Sitio (1948), y un conjunto de relatos tales como El Exilio y el Reino (1957). Hizo numerosas publicaciones periodísticas cuyo nombre fue Actuelles (3 volúmenes redactados en 1950, 1953 y 1958); El Verano en 1954, Una Muerte Feliz en 1971. La muerte sorprendió a Camus mientras trabajaba en la que sería su última obra, la novela de carácter autobiográfico: El Primer Hombre. Se publicaron posterior a su muerte sus Cuadernos, que cubren el período de 1935 hasta 1951; fueron editadas en dos volúmenes (1962 y 1964).

Albert Camus, más que un filósofo y literato, inclusive más que un intelectual, es un hombre de su época, un humanista al estilo francés, comparable a Rosseau y a Voltaire y, sin embargo, mucho más cercano a nuestros afectos por haber protagonizado como hombre los conflictos desgarradores de su tiempo, incluyendo su toma de posición, de incuestionable condena, respecto a las revelaciones sobre los crímenes del stalinismo y su casi profética visión del asunto de la independencia argelina, que como hoy podemos constatar, ha terminado en una forma incluso peor de colonialismo: la instauración de una sanguinaria plutocracia militar dependiente de Francia y la generación de movimientos fundamentalistas, en la dialéctica demencial que ha caracterizado el desarrollo de las sociedades del Cercano y Medio Oriente.

Albert Camus, uno de los espíritus más sensibles que ha conocido la Filosofía Moderna y, como tal, irreductible a categorías o corrientes de pensamiento que terminan manifestando pruritos ideologizantes o, aún peor, generando dogmatismos delirantes entre las mentalidades que necesitan de la segura comodidad del encierro carcelario que significa adoptar una determinada cosmovisión a intentar la peligrosa y vertiginosamente libre encomienda de construir su propia filosofía y vivir, como exigía Jaspers, de forma coherente con la misma.

A pesar de su amistad con Sartre y las harto célebre colaboraciones, y final debate entre ambos, en una entrevista para Les Temps Modernes, el propio Camus llegó a definirse a si mismo como "absurdista" y es precisamente en "El Mito de Sífo" donde desarrolla el tema del carácter absurdo de la existencia humana y define como hombre absurdo a aquel que se caracteriza por haberse percatado del absurdo propio de la existencia humana y que vive de acuerdo con las exigencias de tal conciencia cuyo rasgo primario es la rebelión, expresión de la conciencia preclara del sujeto que ha constatado racionalmente la ruptura propia de la existencia humana. Podemos dividir su obra en dos grandes grupos: aquel de la ficción y el del ensayo, una de varias características que lo acercan al modus operandi de los existencialistas franceses .

En 1967 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Murió en un accidente de carro en Francia, el 4 de enero de 1960.


EL EXISTENCIALISMO ABSURDO DE CAMUS


Camus nunca quiso ser asociado con tal o cual corriente filosófica, específicamente se mostró especialmente reticente a ser catalogado como existencialista. Al referirse a su propia propuesta filosófica llego a afirmar sobre sí mismo que era un "absurdista", manifestando con esto precisamente el tener como tema primario de su obra uno de los elementos mas ampliatemente tratados por el existencialismo. Para el filosofo argelino el absurdo se halla en el núcleo mismo de la existencia subjetiva individual como corolario del nihilismo metafísico propio de la reflexión filosófica en la Modernidad. Para Camus tal nihilismo es propio de las filosofías existenciales en general y se refiere críticamente a las mismas a propósito de lo que denomina suicidio filosófico, término que utiliza para referirse a la maniobra intelectual gracias a la cual el concepto inicialmente negado es tomado en un segundo momento como basamenta y azotea del mismo enunciado que inicialmente le negaba, proceso que culmina en el llamado "salto".

A pesar de su autoimpuesto distanciamiento del existencialismo filosófico su obra presenta una serie de rasgos comunes a la corriente de pensamiento de mayor arraigo y difusión durante el siglo XX. La cosmogonía camusiana es implícitamente atea, si bien en un momento dado y a propósito de la construcción de un códice absurdo utilizará a Dios como fuente exclusiva de la moralidad del hombre absurdo. Tan exclusiva como innecesaria pues si bien el carácter demostradamente absurdo de la vida humana éste no justifica, por ejemplo, el crimen, pues esto sería manifiestamente pueril; tampoco posee tal capacidad justificatoria pues siendo el "hombre absurdo" inocente a priori y, como tal virtuoso, no necesita de justificación ninguna. No hay culpables, pero sí hay responsables y la conciencia absurda reconoce el nivel de sus mores. Su elección de ciertos mores es secundaria a su libertad y a su inocencia, autoconciencia y al propio código moral del hombre.

Desde luego, Camus no se halla dispuesto a sacrificar la libertad humana y especialmente la "libertad absurda"en aras de ninguna posición moral: puesto a elegir entre la " libertad absurda" y la "moral absurda", Camus se decide por la primera y aunque sostiene que justificar en tales términos el crimen no es valido por pueril (el argumento más débil en toda la exposición de Camus), afirma que se puede ser virtuoso por capricho.

La "libertad absurda" camusiana comparte con la libertad impuesta de Sartre un cierto carácter sofocante que traiciona, mediante la contradicción, la naturaleza originaria del concepto. El alcance e inevitabilidad de esta libertad es efectivamente amenazante para el hombre que la padece. En "El Mito de Sísifo", Camus recuerda al Dostoievsky de "Los Hermanos Karamazov" para subrayar el carácter amenazante, aterrador incluso, de la lucidez del "hombre absurdo" ante su inocencia y su libertad, las cuales le colocan en posición de "vivir sin apelación". El dilema planteado por este estado de cosas al hombre común es de fácil solución y de hecho tiende a elegir con presteza la superstición de lo irracional a afrontar la existencia en estos términos, tendencia que el filósofo argelino resume en su célebre frase: "La presencia de un Dios capaz de dar sentido a la vida es muchas veces preferible a la posibilidad de poder comportarse mal impunamente".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Bien!. Mis comentarios al respecto ya los sabemos. Una sujerencia,en la presentación inicial, mejorar color de letras no se entiende o cuesta entenderlo,por la escena del fondo. Por lo demás ¡Lindísimo!

¡Animo!

Luceta