12/05/2009

DOÑA BEATRIZ, LA SIN VENTURA: CARLOS SOLÓRZANO



Doña Beatriz la sin ventura, es un “auto histórico” que busca recobrar las raíces del mestizaje. La pieza abre con la fundación de Guatemala y termina con el diluvio que arrasó la ciudad en 1541: la historia, no obstante, queda mitificada. El tiempo y el espacio adquieren una dimensión eterna. Guatemala es tanto un paraíso fértil como un infierno fuera del tiempo. Doña Beatriz y su esposo, Pedro de Alvarado, conquistador de Guatemala, se mueven como símbolos del tiempo: ella de los valores medievales de España, él de su vigor renacentista. Leonor, la hija mestiza de don Pedro, simboliza la futura problemática del país. Encarna lo más duradero de la fusión racial-cultural, pero su imitación de la española y el desprecio por los indígenas articipan el malinchismo. La inundación final, alusión al bautismo del mestizaje, lava la sangre de la conquista y establece el poder absoluto de Dios.




El subtítulo “auto histórico” señala la intención del autor por interpretar el comienzo de la cultura indohispana desde un punto de vista mítico-religioso. El drama parte de los hechos documentados, pero sugiere un descontento con la historia y el deseo de trascenderla. La tensión dramática surge del conflicto entre la cultura y las fuerzas naturales, entre la santidad del matrimonio y el impulso procreador humano. Doña Beatriz, mujer soberbia y fanática, cree en la bondad de Dios, cumple sus mandamientos, pero carece de compasión cristiana. Carece también de semilla fecunda. Don Pedro, conquistador bello y terrible, encarna el impulso amoral de la naturaleza por recrearse desenfrenadamente. Ambos caen por falta de moderación: ella rehúsa adaptarse al Nuevo Mundo; él se rehúsa a dejar de conquistar tierras vírgenes. Sólo la mestiza emerge de la destrucción enriquecida, triunfante en su nueva libertad. Irónicamente, no se conoce; rechaza la mitad de su ser.

La invención estética del autor consiste en impulsar la historia hasta el punto en que se funde con el Génesis; Solórzano transfiere los motivos míticos de la creación judeocristiana a la Guatemala de 1541. La estructura dramática estriba en los temas de creación, pecado original, expulsión del paraíso, rivalidad fraternal, desenlace catastrófico y esperanza de recreación. Para Doña Beatriz, su matrimonio con Alvarado rasa al borde del pecado; por eso tuvo que alejarse de “aquella orilla luminosa” y venir a “este infierno”, alusión a la expulsión del paraíso. Vemos la rivalidad entre hermanos en la relación agresiva que existe entre don Pedro y su hermano Jorge, el conquistador rapaz. Y aunque esté disfrazada de tono maternal, es palpable la tensión entre doña Beatriz y su hermano Rodrigo, el conquistador conquistado. La pieza termina con un diluvio bíblico y la promesa de renacimiento de ambas sociedades mediante el nuevo mestizaje.
Fuente: Wilma Feliciano

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante esta obra, pues toca el drama de La Sin Bentura y todo lo que la rodea.

Luceta

Anónimo dijo...

Perdón, cometí un error de ortografía: es Ventura.

Luceta

Unknown dijo...

Me parece muy interesante y acertado el análisis que hicieron de esta obra de Solórzano. Les cuento que el sábado 13 de marzo de 2010, estrenamos "Doña Beatríz, La Sinventura", en el Teatro de la Universidad Popular de Guatemala, en temporada de teatro para estudiantes, bajo la dirección de Mercy Fuentes. Yo estoy interpretando a Don Pedro de Alvarado.Edgar Hernández Castro.

Unknown dijo...

Tube el agrado de poder ir a ver esta excelente puesta en ecena. Por lo menos a mi me dejo con ganas de imbestigar mas sobre Doña Beatriz.