(Londres, 1930) Dramaturgo y poeta británico, considerado el máximo exponente del arte dramático inglés de la segunda mitad del siglo XX, premio Nóbel de Literatura en 2005.
Harold Pinter nació el 10 de octubre de 1930 en el barrio de Hackney, en el popular East End londinense, en el seno de una familia judía. Al estallar la II Guerra Mundial fue separado de sus padres y evacuado a la campiña inglesa. Aquella separación, traumática para él, iba sin embargo a alimentar su imaginación y la mirada introspectiva de su teatro.
Regresó a Londres en 1944 y, tras un breve paso por la Royal Academic of Dramatic Art (1948-1949) se declaró objetor de conciencia y se negó a cumplir el servicio militar. Comenzó entonces a escribir sus primeros poemas y a actuar en varias compañías de repertorio en gira por las islas Británicas.
Pinter inició su hoy extensa obra teatral (“He escrito veintinueve obras y creo que probablemente sean suficientes”) en 1957 con The Room (La habitación), siendo desde entonces los cuartos cerrados, con muy pocos personajes, los escenarios de muchos de sus dramas. Inmediatamente le seguiría The Birthday Party (La fiesta de cumpleaños, 1958), pieza que la crítica maltrató (se estrenó en el West End y fue retirada del cartel una semana después de la primera representación), lo que llevó al incipiente dramaturgo a plantearse la posibilidad de abandonar la escritura aun antes de comenzar realmente su carrera.
Pese a estas reticencias, en 1959 su suerte cambió con The Caretaker (que se traduciría como El guardián); en contra de lo ocurrido dos años antes, la obra fue un éxito y supuso su primer reconocimiento público. Durante la década de 1960 Pinter conformó una serie de obras que delimitaron su peculiar estilo, repleto de silencios (dramas escritos en un lenguaje elusivo, a veces cómico, pero que genera un ambiente de amenaza y alienación) que se conocería como pinteresco. “Devolvió el teatro a sus elementos básicos: un espacio cerrado y un diálogo impredecible, donde la gente está a merced de cada uno y las pretensiones se desmoronan […] descubre el precipicio que subyace en las diarias cuestiones cotidianas y fuerza la entrada a los cuartos cerrados de la opresión”, sostuvo la Academia Sueca tras la concesión del Nóbel.
Títulos como A Night Out (Una noche de juerga, 1959, su obra más realista), Night School (Escuela nocturna, 1960), The Lover (El amante, 1963), The Homecoming (Retorno al hogar, 1964), Landscape (Paisaje, 1967) o Silence (1968) lo convirtieron en una figura del teatro británico, cuya influencia sería determinante para toda una generación de dramaturgos.
Heredero del teatro del absurdo de Beckett, Ionesco y Genet, sus obras, aderezadas con fantasías eróticas y obsesiones, celos y odios, han sido calificadas como “teatro de la inseguridad”. Sus personajes intentan comunicarse para reaccionar frente a una invasión o un intento de invasión en la estrechez de sus vidas, y casi siempre fracasan. Sus diálogos, en apariencia insignificantes, reticentes y evasivos -a veces contradictorios-, esconden intimidaciones, advertencias, riesgos. La obra de Pinter, mezcla de realismo y misterio, no lleva explícito mensaje alguno moralizante, sino que más bien trata de reflejar un mundo amenazante y violento que nace de la propia naturaleza humana y de las contradicciones de nuestra sociedad.
Obras posteriores son Betrayal (1979), One for the Road (La última copa, 1984) o Celebration (Celebración, 1999), que él mismo llevó a escena, en el teatro The Almeida de Londres, en la primavera de 2000.
Activista político
Con el paso del tiempo, Pinter se implicaría más en política. Sus obras tardías tendieron a ser más cortas, y los temas más políticos, utilizando muchas veces alegorías de la represión. Fue alrededor de 1970 cuando Pinter comenzó a ser más claro en el aspecto político y adoptó una postura claramente de izquierdas. El golpe de estado que derrocó al Gobierno de Salvador Allende en Chile en 1973 lo consternó profundamente y fue el detonante de su activismo en favor de los derechos humanos. En 1985 viajó a Turquía, donde se opuso abiertamente a la represión turca y a la supresión del idioma kurdo. Esa experiencia le inspiró la obra Mountain Language (El lenguaje de la montaña), de 1988.
Fue uno de los más furibundos críticos del presidente estadounidense Ronald Reagan y de la primera ministra británica Margaret Thatcher; manifestó públicamente su rechazo al bloqueo estadounidense en Cuba; se opuso a los bombardeos en Kosovo autorizados por la OTAN y a las invasiones de Afganistán y de Iraq. Su posición se radicalizó tras este conflicto, que le llevó a calificar a Tony Blair de “idiota iluso” y a equiparar el Gobierno de George W. Bush, a quien calificó de “asesino de masas”, con el régimen nazi.
En un esfuerzo continuo por atraer la atención pública sobre las violaciones de los derechos humanos y la represión, este apasionado activista de Amnistía Internacional y de la Campaña pro Desarme Nuclear (CND) ha publicado sus escritos de manera habitual en los periódicos británicos, como The Guardian y The Independent, y en marzo de 2005 sorprendió con el anuncio de que estaba decidido a volcar todas sus energías en la poesía y en el activismo político.
Autor polifacético
Además de autor dramático, Pinter ha escrito obras cortas para televisión y radio, ha dirigido más de una treintena de producciones teatrales propias y de otros autores (Robert Shaw, James Joyce, David Mamet, Simon Gray) y es autor de los guiones de películas como El sirviente (1963) y El mensajero (1971) de Joseph Losey, El último magnate (1976), de Elia Kazan, y La mujer del teniente francés (1981) de Karel Reisz. También ha publicado una novela, Los enanos, relatos cortos y cientos de poemas, también teñidos de ideología.
Miembro honorario de diversas universidades, Pinter cuenta, entre otros galardones, con el premio Shakespeare, el premio Europeo de Literatura, el Pirandello, el David Cohen de literatura británica, el Laurence Olivier y el Molière de honor al conjunto de su carrera. Sus guiones para el cine también le han reportado galardones como el Oso de Plata del Festival Internacional de Cine de Berlín (1963), el premio BAFTA (1965 y 1971), la Palma de Oro del Festival Internacional de Cine de Cannes (1971) y el premio de la Commonwealth (1981). Además, fue candidato al Oscar por La mujer del teniente francés y Traición. En 1999 ingresó en la Compañía de Literatura de la Royal Society.
Harold Pinter vive en Londres, con su segunda esposa, la escritora Antonia Fraser, con la que se casó en 1980 tras divorciarse (con escándalo incluido) de la actriz Vivien Merchant, protagonista de muchas de sus obras y madre de su único hijo. En 2002 le fue diagnosticado un cáncer de esófago. Precisamente, su delicado estado de salud le llevó a ser hospitalizado unos días antes de la ceremonia de entrega del Nobel. Pese a que no pudo asistir al evento (recogió el galardón su editor), recurrió a una grabación en vídeo en la que una vez más hizo honor a su fama de escritor comprometido.
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